La camiseta con la que se ganó la Eurocopa de 1988 en Alemania es una de las más emblemáticas de la historia del fútbol. Eran lindas las épocas donde el COVID no era excusa para decir «tengo mal gusto». Algo que no le sirvió de mucho ya que cayó en octavos ante Corea antes del escándalo arbitral. Fue una elástica muy ajustada que apenas se dejó agarrar por el rival.