Pero el problema es que nada obliga por el momento a las empresas a dar un listado de todos los componentes usados en su ropa, lo que impide su correcto control. A partir de 2025 la Unión Europa obligará a que las empresas europeas sean responsables también de lo que hacen sus proveedores, con la entrada en vigor de la Ley de diligencia debida en las cadenas de suministros.