La expectación era máxima y todas las miradas estaban puestas en él. Lionel Messi no decepcionó en el partido inaugural de la temporada, marcando un gol de tiro libre que rompió el hielo y dejó al estadio enmudecido por un instante antes de estallar en ovaciones. Fue una escena icónica, con el astro argentino caminando hacia el balón con calma y precisión, para luego ejecutar un disparo magistral que se incrustó en el ángulo superior derecho del arco rival. En ese momento, las gradas se tiñeron de rosa y negro, con miles de aficionados luciendo con orgullo la camiseta de Messi Inter de Miami, símbolo de una nueva era en el fútbol norteamericano.
El partido comenzó con ritmo lento, marcado por la tensión de ser el primer enfrentamiento oficial de la temporada. Inter de Miami tuvo dificultades para penetrar el ordenado bloque defensivo rival, mientras que los visitantes apostaban por salidas rápidas al contragolpe. Messi, como es habitual, bajaba hasta el mediocampo para organizar y generar juego, pero le costaba encontrar espacios. Sin embargo, como tantas veces en su carrera, solo necesitó una oportunidad.
Al minuto 37, tras una falta cometida cerca del área grande, Messi se preparó para cobrar el tiro libre. El estadio guardó silencio mientras él ajustaba el ángulo, tomaba carrera y golpeaba el balón con su zurda mágica. El disparo, con efecto y precisión quirúrgica, superó la barrera y dejó sin reacción al portero. Fue un gol que definió el partido desde temprano y le dio al Inter de Miami la confianza necesaria para controlar el resto del juego.
La segunda mitad fue una demostración de madurez táctica por parte del equipo local. Sabiendo que tenían la ventaja, supieron manejar los tiempos del encuentro, priorizando la posesión y cerrando los espacios en defensa. El rival tuvo algunas ocasiones, pero ninguna con verdadero peligro. Messi continuó liderando desde el medio, generando ocasiones y conectando con sus compañeros, especialmente con Busquets y Alba, en una muestra de química digna de sus años dorados.
El pitazo final llegó con un resultado de 1-0 a favor del Inter de Miami, pero más allá del marcador, lo que quedó grabado fue el momento de inspiración pura que solo un jugador como Messi puede ofrecer. Su gol fue más que un tanto; fue una declaración de intenciones, el mensaje claro de que aún tiene mucho fútbol que ofrecer y que su presencia en la MLS está lejos de ser anecdótica.
Y como era de esperarse, ese instante mágico ha disparado el interés por todo lo relacionado con el argentino. En especial, los aficionados han acudido en masa a buscar su recuerdo del partido: las micamiseta futbol réplicas con el dorsal 10 de Messi se han convertido en un objeto de deseo, tanto para coleccionistas como para fanáticos que quieren llevar en el pecho la emoción de ese tiro libre inolvidable.