Por ser uno de los clásicos jugadores de su época, complemento perfecto de Stockton y Malone en los Utah Jazz que alcanzaron dos finales en 1997 y 1998 (en las que cayeron ante los Bulls de Jordan), además por ser un especialista en triples. Además, cuenta con temporizador que permite tratamientos ajustables hasta 15 minutos y se apaga automáticamente. Este torneo fue algo particular, porque es el único Mundial que no se decidió en una final, sino que el campeón se dilucidó tras una liguilla de cuatro.