El último jugador en pie es el ganador. Si no lo consigue, pierde y debe dejar un pie o una mano sobre el tapete. Solo los jugadores que mantengan el equilibrio sobre el tapete ganarán. Para ello, el jugador que gira la ruleta decide qué hacer: girar a los demás jugadores o hacer un movimiento específico. Los dos goles contenían la esperanza de un país que no ganaba un Mundial desde 1986. Aunque los argentinos estaban tranquilos, el gol daba emoción a lo que quedaba de partido.