Una de las primeras lecciones que escucha todo aprendiz de marketing es que, para vender, lo primero es crear la necesidad. En la industria de la moda, tan firmemente arraigada sobre una belleza canónica, los cuerpos no normativos son rápidamente excluidos. Cada vez son más las firmas que utilizan su ropa como un altavoz de lo que ocurre en la sociedad, ya sea por verdadero convencimiento, por aumentar las ventas o por ambas.