Sin duda, los contactos de Enrique Cerezo, uno de los más potentes productores cinematográficos de España, en el mundo del cine, fueron clave para poner en marcha este acuerdo. 20 minutos después, Uruguay empató por medio del genial Schiaffino. Amanda Sampedro (Madrid, 1993) es el vivo ejemplo de que no hay sueños imposibles. Él continuó: «El símbolo soy yo. ¿Quién soy yo para decir que un símbolo es bueno y otro no? Si estamos pidiendo respeto, respetemos todo. Yo creo en la libertad individual y de expresión. El problema no está en que te pongas una camiseta, está en esa gente que quiere cuestionarte a ti por ponerte esa camiseta. Me parece una falta de respeto. A mí mis padres me educaron en el respeto y la educación, en ser tolerante. Aquí últimamente no se tolera nada. Parece que estamos mirando hacia atrás, como los cangrejos».